BENEFICIOS DEL CONTACTO PIEL CON PIEL ENTRE LA MADRE Y SU RECIÉN NACIDO

Durante el nacimiento es fundamental que la madre permanezca al menos los primeros 30 minutos en ÍNTIMO contacto piel a piel con su neonato desnudo entre su abdomen-pecho.

Este contacto permitirá que el recién nacido, a través de su olfato y movimientos se aproxime al PECHO DE LA MADRE (pezón) y comience a succionar, estimulando así la producción de las hormonas prolactina y oxitocina, tan beneficiosas para el apego, la lactancia y la prevención de hemorragias uterinas después del parto.

Estudios experimentales en neonatos que pasaron los primeros 45 minutos de vida encima del pecho materno, mantuvieron buena lactancia exclusiva con mayor ganancia de peso al sexto mes y menor número de procesos infecciosos.

El contacto del recién nacido con su madre permite la relajación de ambos y da inicio al reconocimiento, se ha demostrado que las alteraciones hormonales en ese instante, son cruciales para facilitar el apego y enamoramiento de madre e hijo.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) realizó una síntesis de los beneficios del contacto de piel con piel entre la mamá y el recién nacido.

El contacto regula y mantiene la temperatura corporal significativamente más cálida que los bebés colocados en una cuna infantil.

Se produce una menor duración del llanto del bebé, en comparación con los recién nacidos que no tuvieron el contacto piel a piel con sus madres.

En los bebés nacidos pretérmino, el contacto mejora la estabilidad cardio-respiratoria.

Mejora los comportamientos de afecto y vínculo entre la madre y el recién nacido, aunque según indica el documento, estos efectos se diluyen en el tiempo.

Disminuye el dolor de la madre debido a la absorción mamaria que generalmente ocurre al tercer día después del parto.

Los beneficios del contacto piel con piel son para todos los recién nacidos, debido a sus efectos positivos en la lactancia, la regulación de la temperatura del recién nacido o el conocimiento y reconocimiento materno infantil. Todos ellos componentes esenciales para la supervivencia neonatal.

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